Luka Modric nunca olvidará el día que vistió la camiseta del Real Madrid por última vez ante su afición en el Bernabéu. Fue una despedida llena de emoción, que reflejó a la perfección el profundo vínculo entre el maestro croata y el club que fue su hogar durante 13 inolvidables años.

Incluso antes del homenaje oficial en el Santiago Bernabéu, la emoción se apoderó de Modric. Durante el viaje en autobús al estadio, rompió a llorar al ver algo en su teléfono que lo conmovió profundamente. Lucas Vázquez, sentado cerca, notó las lágrimas que corrían por el rostro de su compañero y le ofreció su apoyo con ternura.

Fue un momento que capturó la esencia de lo que este día realmente significó: no solo el final de una era, sino un poderoso recordatorio de lo mucho que el Real Madrid ha significado para Modric a nivel personal.

Su último partido en el Bernabéu no fue solo una historia de aplausos y despedida: fueron 13 años de recuerdos, triunfos y una historia de amor entre un jugador y un club que nunca se olvidará.

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