El Real Madrid sufrió uno de sus reveses más significativos de los últimos años la mañana del viernes tras la polémica rueda de prensa de Ricardo de Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes, árbitros designados para la final de la Copa del Rey del sábado contra el Barcelona. De Burgos adoptó un tono más emotivo, mientras que González Fuertes hizo declaraciones que se percibieron como amenazantes hacia el club.

Josep Pedrerol proporcionó más información en El Chiringuito y reveló: "Alguien muy importante en la FIFA se puso en contacto con el Real Madrid y dijo: 'No entendemos cómo dos árbitros salen a quejarse... no entendemos lo que pasó en España'. Esa persona de la FIFA estaba desconcertada por la situación". Pedrerol también añadió que Miquel Iceta, presidente del CSD, contactó con el Real Madrid. Según el periodista, "lo que importó no fue tanto la conversación entre José Ángel Sánchez y Louzán, sino la intervención del presidente del CSD, que dijo a Madrid que había que calmar las cosas y que el Gobierno está trabajando para limpiar el mundo del arbitraje".

A pesar del revuelo, el Real Madrid desmintió oficialmente cualquier información que sugiriera su retirada de la final, aunque, dada la gravedad de las declaraciones de los árbitros, tal decisión podría haberse considerado. En cualquier caso, el respaldo de la FIFA se considera un paso clave para iniciar la tan necesaria reforma de la Comisión Técnica de Árbitros (CTA).

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