Si alguien quiere a Ibrahima Konaté este verano, son 50 millones de euros, sin negociación ni descuento. Esa es la firme postura del Liverpool. Está por ver si es pose o ilusión, pero el mensaje es claro: no se irá por menos.

¿El problema? Los Reds están jugando una mala pasada. Konaté ya ha rechazado una renovación de contrato; su contrato actual vence en 2026, y ha dejado claro que el Real Madrid es su único destino. Esto deja al Liverpool con una dura realidad: o lo vende ahora al Madrid o se arriesga a perderlo gratis en un año.

Si bien el Liverpool técnicamente está abierto a una venta, las condiciones son rígidas. Y como el jugador solo está dispuesto a unirse a un club, las negociaciones pierden toda fuerza. Por otro lado, el Real Madrid tampoco cede. Su postura es igual de contundente: 20-25 millones de euros o esperamos. Nada de ofertas descabelladas. Nada de compras de pánico.

Actualmente, ambos clubes se mantienen firmes, pero es el Madrid quien parece tener la ventaja. Si el Liverpool no rebaja sus exigencias, se espera que el acuerdo se concrete en 2026, cuando Konaté pueda incorporarse gratis.

Esta campaña de presión actual se centra menos en la urgencia y más en poner a prueba la determinación del Liverpool. El Madrid sabe que el jugador está comprometido y está dispuesto a esperar. El tiempo avanza, pero es el Liverpool el que se está quedando sin tiempo.

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