La actividad de fichajes del Real Madrid este verano ya ha reforzado la plantilla con las llegadas de Trent Alexander-Arnold, Carreras, Huijsen y Mastantuono. La plantilla se considera sólida, siempre que no haya bajas importantes como las de Alaba o Rodrygo. A partir de ahora, la principal prioridad del club es clara: encontrar un sucesor para Toni Kroos. Una figura capaz de orquestar el juego con autoridad. El alma del mediocampo. Alguien con la personalidad de Rodrigo, si no el propio Rodrigo.
Finanzas: el Real Madrid se encuentra en una posición sólida para realizar otro gran movimiento en el mercado. En caso de venderse Rodrygo —una operación que podría generar entre 80 y 100 millones de euros— el margen de inversión no haría más que aumentar. Sin embargo, a pesar de contar con los recursos, el club aún no ha identificado a un centrocampista internacional con la presencia y el perfil necesarios para asumir la titularidad de inmediato. El mercado simplemente no ofrece ese nivel de jugador en este momento.
Además de Rodrigo, quedan algunos nombres sobre la mesa: Nicolò Barella (Inter), Enzo Fernández (Chelsea) y Alexis Mac Allister (Liverpool). Ambos encajan en el perfil técnico que busca el Madrid, pero todos tienen contratos a largo plazo y son considerados esenciales por sus clubes. Cualquier traspaso sería extremadamente complejo y costoso, con acuerdos por Fernández y Mac Allister que fácilmente alcanzan cifras millonarias. Barella podría ser un objetivo más asequible, pero incluso él está lejos de ser una adquisición sencilla.
En este contexto, el Real Madrid sigue de cerca la situación de Rodrigo. El centrocampista del Manchester City regresó a finales de la temporada pasada tras una grave lesión de rodilla que lo mantuvo de baja durante nueve meses. Participó en la penúltima jornada de la Premier League y posteriormente disputó el Mundial de Clubes. Su ausencia tuvo un impacto visible en el City, subrayando su importancia.
Ahora, ambos clubes lo siguen de cerca: el City por su recuperación y el Madrid por una posible vacante. Con su contrato a punto de vencer en 2027 y las negociaciones de renovación aún pendientes, Rodrigo podría pronto ganar influencia. Si no se llega a un acuerdo para el próximo verano, el City podría verse obligado a considerar una venta en lugar de correr el riesgo de perderlo gratis en 2027, un escenario cada vez más común en el fútbol moderno, donde los jugadores optan por agotar sus contratos para asegurarse grandes bonificaciones por fichaje en otro lugar.
A sus 29 años, Rodrigo aún está en su mejor momento, la misma edad con la que Zidane llegó al Madrid. Si demuestra que puede recuperar su nivel anterior tras la lesión, el Real Madrid podría ver en él no solo el sustituto de Kroos, sino un nuevo líder en el mediocampo.
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