En el Celtic Park, los jugadores del Real Madrid demostraron que están más que físicamente en forma para esta fase inicial de la temporada 2022-23.
Al comienzo de la temporada, los blancos recibieron elogios por destrozar a sus oponentes en la segunda parte con un despliegue físico y una velocidad imparable. Esto es cierto.
Sin embargo, no puedes ganar solo por estar más fresco que tu oponente. El talento también tiene que prevalecer. Así ganó el Real Madrid la última Champions. Por ráfagas al final, pero también por saber jugar con mesura y paciencia, con minutos efectivos con el balón. Solo hay que recordar la primera mitad en Stamford Bridge, por ejemplo.
En Glasgow, el Real Madrid abrió el marcador con un gol que estuvo precedido de una bonita jugada, en la que se intercambiaron hasta 22 pases y que acabó con un bonito doblete entre Valverde y Eden Hazard, incluido un taconazo, y un preciso pase desde el centrocampista uruguayo hasta Vinicius Junior, que marcó de manera clínica. Pero, si el primer gol fue una jugada colectiva de muchos quilates, el tercero fue una obra de arte.
El equipo de Carlo Ancelotti intercambió hasta 33 pases sin que los rivales tuvieran siquiera ocasión de tocar el balón. Combinaron desde casi dentro del área rival hacia atrás, luego empezaron de nuevo, jugando de un flanco a otro, hasta que Toni Kroos se adelantó y Dani Carvajal se la sirvió a Hazard en plancha. Según Opta, esta secuencia fue la más larga de los blancos en la Champions League al menos desde la 2003/04.