Aurelien Tchouaméni utilizó hasta cuatro veces la palabra "reto" durante su presentación oficial en Valdebebas a principios de esta semana, ajeno a que quizás la tarea más difícil a la que se enfrenta sea triunfar vistiendo la infame camiseta número 18 en el Real Madrid. Quizás desconocía el turbulento pasado del No.18, o quizás es simplemente un hombre valiente. Ningún jugador con ese número ha triunfado en el Bernabéu en los últimos años. Casi parece estar maldito. Gareth Bale fue el último jugador en vestir la camiseta número 18.
La última temporada de Bale en Madrid no le fue bien con el dorsal 18. Se marchó del club tranquilamente por la puerta de atrás, perdiéndose los festejos de LaLiga por unas molestias en la espalda, y recogiendo una Champions League pese a haber disputado sólo siete minutos de el torneo. Durante la fiesta del Decimocuarto, los aficionados de la grada sur del Bernabéu corearon su nombre, y él les saludó pero no se dirigió directamente al micrófono. Las únicas palabras de Bale llegaron en forma de comunicado en las redes sociales.
Pero hubo muchos otros antes que él. Estaba Luka Jovic, que tuvo que volver cedido al Eintracht Frankfurt tras ser rechazado por el Real Madrid. Había heredado la camiseta de Marcos Llorente, que había vestido el número 18 durante un breve periodo de tiempo antes de marcharse para unirse al Atlético. Se hizo cargo de la camiseta número 18 de Mariano Díaz, quien la usó durante la temporada 2016-17, anotando cinco goles en 302 minutos de acción. Por falta de oportunidades, dejó la selección absoluta después de solo un año para unirse al Olympique de Lyon. Otros jugadores han sido maldecidos con la camiseta No.18 en el pasado.
Algunos escaparon de la maldición: Lucas Vázquez y Nacho Fernández recibieron la camiseta con el número 18 cuando recién ingresaban al primer equipo. Sin embargo, sus carreras despegaron cuando cambiaron de dorsal, Lucas con el 17 y Nacho con el 6. Anteriormente fue propiedad de Raúl Albiol, un central cuyos mejores años no los pasó en el Real Madrid. Los blancos pagaron al Valencia 15 millones de euros por él en el verano de 2009 y lo vendieron al Napoli cuatro años y 118 partidos después por 12 millones.
Ese podría haber sido un punto clave. Albiol tomó el relevo de la camiseta de Julien Faubert, un jugador que los madridistas recordarán por otros motivos además de sus actuaciones sobre el campo. Llegó a los titulares por una serie de incidentes, el más notable es que supuestamente se quedó dormido en el dugout durante un juego en El Madrigal (él negó con vehemencia el reclamo hasta el día de hoy, diciendo en su defensa: "Cerré los ojos durante 30 segundos y todos asumieron que yo estaba dormido"). Su cesión por seis meses costó 1,5 millones de euros, y el Madrid acabó pagando 28.000 euros por cada minuto que estuvo en el campo, 54 (30 minutos ante el Racing en casa y 24 minutos en San Mamés).
Apenas un mes antes de la llegada de Faubert en la ventana de fichajes de enero, la camiseta número 18 fue cedida a Rubén de la Red, quien, como todos sabemos, tuvo que retirarse del fútbol por una dolencia cardíaca. Sus problemas cardíacos se descubrieron solo después de que colapsara en el campo durante un partido de Copa del Rey en Irún. Antes que él, la camiseta la vistieron Javier Saviola (tres goles en 17 partidos) y Antonio Cassano (dos goles en 12). El italiano había tomado el número de Jonathan Woodgate, quien posiblemente tuvo el debut más desfavorable en la historia del Real Madrid. El Madrid pagó 22 millones de euros por el internacional inglés, que solo estuvo dos temporadas en el club. Estuvo lesionado toda la primera temporada, y cuando llegó su ansiado debut ante el Athletic Club, marcó un gol en propia puerta en el minuto 25 y fue expulsado en el minuto 66.
Suceden cosas extrañas cuando los jugadores del Real Madrid visten la camiseta número 18, y ahora Tchouaméni, la llegada más reciente, debe romper la maldición. “Usé el 8 durante muchos años, pero Kroos lo tiene en el Madrid”, explicó esta semana. Cuando llegué, me mostraron los números de escuadra disponibles y me dijeron que el No.18 estaba disponible. Se eligió porque es el más parecido al No.8''.
Tchouaméni ahora conoce la historia de la infame camiseta número 18 y no hay vuelta atrás. Ahora debe romper la maldición, que puede ser el último desafío.