Tras el convulso final de la década anterior, el Real Madrid se reconstruyó con el gran objetivo de volver a reinar en el continente. Otro mito del baloncesto, Arvydas Sabonis, se asoció con el equipo blanco para hacer historia juntos al ganar la octava Copa de Europa en 1995. Tras él, figuras como Herreros, Bodiroga y Djordjevic hicieron que la sección despidiera el siglo con más títulos.
En el verano de 1992 el Real Madrid se hizo con los servicios del gigante lituano Arvydas Sabonis. ‘El zar’ era la pieza clave del nuevo proyecto ideado por Mariano Jaquotot, directivo encargado de la sección, para situar al club en la cima del continente. Un pívot con una visión de juego privilegiada contra el que no había antídoto posible.
La apuesta se completó con el fichaje de Joe Arlauckas, su socio ideal en la pintura, y la contratación en 1994 de Zeljko Obradovic. El técnico serbio había ganado la Euroliga en dos de las tres temporadas anteriores con dos equipos diferentes (Partizan y Joventut). Las piezas correctas estaban sobre el tablero. El éxito era sólo cuestión de tiempo.
LA ‘MIRADA DEL TIGRE’
En 1991, ante la salida precipitada de George Karl, Clifford Luyk se hizo cargo del equipo. Ganador de seis Copas de Europa como baloncestista, el histórico pívot quiso imprimir su carácter al Real Madrid de los noventa. Popularizó la expresión ‘la mirada del tigre’, la que quería ver en sus jugadores. Estuvo al frente del equipo en dos etapas (de 1991 a 1994 y en la temporada 1998-99) en las que el Madrid ganó dos Ligas, una Copa del Rey y la emotiva Recopa de 1992, lograda con una canasta en el último segundo de Ricky Brown.
OTRA VEZ REYES DE EUROPA
Con Arvydas Sabonis como fortaleza interior, el Real Madrid fue creciendo durante la temporada 1994-95. Llegó a la Final Four de la Euroliga en Zaragoza como un equipo intratable. El Madrid completó allí dos partidos casi perfectos, plenos de concentración y con un excelente trabajo defensivo. El resultado, la octava Copa de Europa. Fue la culminación de la etapa de Sabonis a este lado del Atlántico y la guinda a las buenas carreras de Arlauckas, Biriukov, Santos y Antonio Martín. Tras aquel título, Sabas, el indiscutible mejor jugador del continente, puso rumbo a Estados Unidos para triunfar en la NBA.
SIEMPRE A POR LOS MEJORES
Fiel a su filosofía de tener siempre a los mejores, el Real Madrid se reconstruyó tras el título de 1995 y la Final Four de 1996. Pedro Ferrándiz, que había regresado a los despachos del club, consumó el fichaje del mejor alero español del momento, Alberto Herreros. También llegó una estrella europea, Dejan Bodiroga. Junto a un buen grupo de jugadores expertos, entre los que estaban Pablo Laso, Alberto Angulo y Juan Orenga, lograron la Recopa de 1997 ante el Riello Verona.
LA ÚLTIMA LIGA DEL SIGLO XX, TAMBIÉN MADRIDISTA
Tanto la primera Liga Nacional como la primera ACB de la historia registraron triunfos madridistas. La última Liga del siglo XX no podía tener otro color. Tras una mala temporada regular, el Real Madrid llegó a la final de la ACB 1999-00 frente al Barcelona con el factor cancha en contra. Alberto Herreros, el mejor jugador del momento, estaba lesionado y sólo pudo disputar 14 minutos en toda la serie final. El favoritismo del Barça era claro. Sin embargo, el Madrid terminó ganando dos partidos en el Palau, incluido el quinto y definitivo. Sasha Djordjevic, que había salido del equipo azulgrana el verano anterior, se erigió en héroe y verdugo. Fue la 28ª Liga conquistada por el club.