El fútbol español atravesaba por un momento de dificultad e indefinición. El Real Madrid no fue ajeno a él, pero lo superó gracias al buen hacer de sus directivos. Ellos, ante la creciente afición, vieron la necesidad de un cambio de campo para facilitar esa gran afluencia de público y así obtener más ingresos. Se produjo el traslado al estadio de O’Donnell. A tal punto llegó la dimensión de nuestro club que la Mayordomía Mayor de S.M. el Rey concedió al Madrid el título de ‘Real’ (1920).
ALFONSO XIII MEDIA PARA FIRMAR LA PAZ EN EL FÚTBOL
En vista de la enconada lucha entre la Federación y la Unión de Clubes de los últimos años, el rey Alfonso XIII decidió intervenir. Recibió al presidente de la Federación, Juan Padrós, y reconoció a ésta como único organismo representativo de nuestro fútbol. Al mismo tiempo se instó a la Unión a “adherirse y olvidar antiguas rencillas”. En ese momento se firma una reconciliación que recondujo al balompié español.
SANTIAGO BERNABÉU, COMO JUGADOR (1913)
Solucionados los problemas organizativos y de representación, todo vuelve a sus cauces normales. Es el momento en el que apareció la gran figura del Madrid, Santiago Bernabéu. Y lo hizo como futbolista. Delantero robusto y de una gran capacidad goleadora, el manchego acabó convirtiéndose en capitán del equipo y hombre de referencia en el club. Era el presagio de lo que sucedería años más tarde, ya al frente de la entidad.
CAMPEONES DE COPA NUEVE AÑOS DESPUÉS
No había sido una época muy prolífica en lo deportivo para el Madrid en los últimos tiempos. La expectación que generaba el equipo no se plasmaba en títulos. Pero eso cambió en la temporada 1916-1917. El equipo blanco, tras una durísima semifinal con el Europa, se plantaba en la final contra el temido Arenas de Guecho. Los pupilos de Arthur Johnson cuajaron un partido espectacular, venciendo en la prórroga y devolviendo el título a las vitrinas madridistas.